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Directrices para la prevención

Los factores del Cubo, parámetros y variables  expandir la matriz inicial

La dimensión estática de los modelos tradicionales de prevención del delito basada en las situaciones se expresa bien mediante la imagen del “triángulo del delito” (también conocido como triángulo de análisis de problemas), que se deriva de la teoría de la actividad de rutina formulada por Lawrence Cohen y Marcus Felson. Este modelo dice que

los delitos abusivos suceden cuando un autor probable y un objetivo adecuado coinciden en tiempo y espacio, sin la presencia de un protector apto. Se da por hecha la existencia de un autor probable puesto que la codicia y el egoísmo humanos son suficiente para explicar la motivación criminal. No distingue entre una víctima humana y un objetivo inanimado puesto que ambos pueden servir a los fines del autor. Y considera que tanto actores humanos como dispositivos de seguridad pueden constituir protectores aptos. (Ronald Clarke and John Eck 2003, paso 9)

The Crime Triangle

Handler Persona de referencia
Offender Autor
Target/victim Objetivo/víctima
Guardian Tutor
Manager Administrador
Place Lugar
Crime Delito
 

En el esquema los tres lados representan a los autores, objetivos y ubicaciones. El triángulo supuso una innovación importante para vigilancia policial orientada al problema (POP), ya que introduce la exploración de una gama más amplia de soluciones de prevención además de las prácticas tradicionales basadas en la identificación y detención de los autores. Además, el triángulo introduce nuevos conceptos en la vigilancia policial, como la herramienta de análisis WOLF; DUCK y DEN[1].

En el proyecto TAKEDOWN, el Cubo es la evolución del triángulo, construido y desarrollado con la idea de responder a sucesos igual que CHEERS, de forma dinámica e interactiva. El Cubo empieza con dos dimensiones iniciales:

  • Entornos, que regulan los objetivos disponibles, las actividades en las que pueden actuar las personas y que tienen una responsabilidad diferenciada en el lugar.
  • Comportamientos, que ayudan a ubicar aspectos importantes del daño, la intención y las relaciones entre autor y objetivo.

Por lo tanto, el Cubo es una herramienta que produce escenarios basados en casos:

Un entorno virtual sobre diversos casos para acontecimientos CHEERS, puesto que los entornos en los que se dan los acontecimientos determinan en cierta forma los papeles de los actores implicados y su “peso” específico en relación con los instrumentos disponibles. Por ejemplo, si el fenómeno se da en una prisión, está claro que el papel y el “peso” del sistema judicial será mayor que el de profesores o psiquiatras, que también también trabajan en la prisión. Dentro de una escuela, no obstante, el peso de estos mismos profesores sería completamente diferente, incluso frente a los magistrados, que también podrían convertirse en actores en este contexto específico.

Multidisciplinar porque permite la combinación de varias disciplinas de prevención de la delincuencia aplicables tanto al terrorismo como a la delincuencia organizada, y también tanto a individuos como a redes (más de uno). El Cubo usa una serie de modelos causales para conseguir su objetivo de reducción de la delincuencia, y también contribuye y matiza algunos de los principales enfoques teóricos de otras disciplinas, como la Escuela Clásica y la Teoría de la Disuasión (Cozens, 2008; Jeffrey & Zahm, 1993), Teorías de Estructura Social (Wilson and Kelling, 1982), o los conductistas, y la prevención del delito basada en las situaciones, todo ello encuadrado en la especificidad de localizaciones y tipología del delito.

Multidimensional porque permite la observación, navegación y manipulación de varios incidentes y escenarios por parte de diferentes observadores dependiendo de los papeles desempeñados por los actores y los profesionales de primera línea, de acuerdo con las diferentes herramientas de prevención disponibles. Se emplea un análisis multidimensional para examinar múltiples variables simultáneamente para determinar las relaciones entre ellas. A diferencia del análisis bivariable, donde hay una variable dependiente y una independiente, el análisis multidimensional tiene más de una variable independiente (Babbie, 2010). Por eso, en lugar de explicar variaciones en la variable dependiente como resultado de cambios en una única variable independiente, el análisis multidimensional explica las variaciones en la variable dependiente como resultado de múltiples variables independientes.

Multi-organismo ya que permite la creación de series variables e interconectadas de escenarios reales y virtuales en las que los diferentes actores pueden actuar de manera intercambiable. Cada uno tendrá un “peso” distinto en función de sus papeles institucionales o para-institucionales.

Con potencial de aumento de escala y flexible porque nos permite simular diferentes escenarios, analizados por diferentes observadores, de acuerdo con las perspectivas de los propios observadores, sus programas e intereses, además de sus poderes y papeles en el espacio real y virtual, en relación con la interacción general. Cada vez que se cambian las variables, el escenario de los subsistemas cambia y por lo tanto debe ajustarse. Los cambios afectan al entorno, a los actores y profesionales de primera línea implicados y a las herramientas de prevención en función de la disponibilidad de los diferentes actores, así que el o los escenarios producirán nuevos efectos en el sistema complejo y general.

Los llamados modelos CIA, evaluaciones de impacto comunitarias que se usan en el Reino Unido, dan un ejemplo muy válido. Si aplicamos un enfoque lógico multisistema a entornos individuales (por ejemplo, una prisión se describe como un subconjunto de comunidades), se evalúan los impactos de las decisiones sobre las distintas comunidades, ya sean éstas locales, cercanas o mundiales, tanto internas como externas a la propia prisión. Un mismo problema puede contemplarse desde diferentes perspectivas (la del director de la prisión, los internos, los pedagogos, los servicios de inteligencia, etc.). Por supuesto, esto introduce una complejidad mucho mayor en cuanto a actores, más allá de los que se encuentran directamente concernidos, como por ejemplo las familias de los internos, las comunidades de detención, las comunidades locales externas cercanas a los detenidos, los medios de comunicación, etc.


[1]El triángulo del delito es la base de la herramienta analítica triple para vigilancia policial orientada al problema WOLF-DUCK-DEN: 1. Incidentes delictivos recurrentes implican que los autores atacan diferentes objetivos en diferentes lugares. Este es un problema de lobos hambrientos [WOLF]. Un atracador armado que ataca una serie de oficinas de correos sería un ejemplo de problema lobo puro. 2. Problemas de victimización recurrentes implican que las víctimas son atacadas repetidamente por diferentes autores. Este es un problema de pato [DUCK]. Un taxista atracado en diferentes lugares por diferentes personas sería un ejemplo de problema de pato puro. 3. Los problemas de ubicación recurrentes suponen que diferentes autores y diferentes objetivos interactúen en el mismo lugar. Este es un problema de madriguera [DEN]. Un bar en el que hay muchas peleas, aunque siempre entre personas distintas sería un ejemplo de problema de madriguera puro. Ver John Eck, Police Problems: The Complexity of Problem Theory, Research and Evaluation. En Problem Oriented Policing: From Innovation to Mainstream. Crime Prevention Studies, vol. 15, editado por Johannes Knutsson. Monsey, New York: Criminal Justice Press (and Willan Publishing, UK), 2003